"¡Cuando escribo estas palabras, de milagro no se me parte el corazón!"
"Rio cuando lloro, sin esperanzas espero"
Y algo que me llega:
"Seguiría pero, cuando estaba escribiendo
Esta noche, en soledad, tan inspirado,
Dictando y redactando este Legado,
oí sonar la campana de la Sorbona,
que siempre toca a las nueve(...)
Estando así se me nublaron los sentidos,
no por haber bebido vino,
Y se quedó mi alma como atada(...)
[Quise escribir] Pero hallé la tinta helada
Y apagada la vela
No pude fuego preocuparme;
Así que me dormí, muy arropado,
Y no pude acabar de otra manera"
"Más no te digo -Ya con eso sobra..."
Citas de François Villon.
(Magno escritor francés!)
Un postdata: Pata, el texto anterior no era "corriente de la consciencia..." Yo lo llamo "No saber escribir"
Aiez pictié, aiez pictié de moy
A tout le mois, s'i vous plaist, mes amis!!!!
Palabras de una linda y buena amiga: "Primero que todo, querida Godoia, creo que ser fuerte o débil depende de muchas cosas. No creo que seas débil, para nada, sino no hubieras escrito el mail que escribiste. Enorgullécte de poder hacer esas cosas, son mínimas, pero de a poco vas ganando el poder de hacer cosas que signifiquen más fuerza".
Hace meses atrás estaba escalando una floja escalera de esas que usan los maestros de construcción. (Pero no se imaginen esas modernas...yo escalaba las de madera- y en realidad, con haber dicho "floja" se hubiese entendido el punto)
Escalaba y escalaba para poder llegar muy arriba, en donde había un objetivo, algo que debía alcanzar para sentirme bien.
Después de mucho esfuerzo, y alguno que otro tropezón inútil, logré lo que quería, y sentí tanta alegría. Hay quienes dicen que esas cosas son efímeras, pero realmente disfruté cada instante de felicidad. Me quedé un tiempo allá arriba, saltando, cantando, bailando...(¿cómo pude hacer tantas cosas en una escala floja?) Resulta que caí, y desde muy alto, repito, muy alto. Cuando ya estaba en el suelo, sentí dolor en todo el cuerpo, y calambres en todos mis músculos.
Estando de espalda, observaba lo alto que había llegado y luego vi rostros, muchos rostros y manos que se acercaban a mí para levantarme, pero no quise tomar ninguna ¡sentía tanto dolor!
Llegó luego una luz, una silueta amorfa que tenía mil orejas (por lo tanto, mil oidos...) y tenía mil manos, y un corazón gigante. De alguna manera sobrenatural me levanta, y me dice "Debes comenzar de nuevo a escalar. Ten cuidado, el dolor que tu caída produjo seguirá aún, y los calambres te impedirán correr esta escalera, pero anda despacio, sube sin apuros, descansa de vez en cuando en algún peldaño, y luego sigue, siempre...confía en mí. Mientras escales, tu dolor y tus heridas irán sanando y no te darás cuenta cuando sientas que tus piernas se mueven más y más rápido, y llegarás otra vez allá arriba, pero nuevamente, ten cuidado...no bailes tanto, no saltes mucho, que esta escalera se puede romper y tu caerás otra vez...Ten cuidado. Cuando logres subir todos los peldaños quédate ahí y disfruta. Puedes bajar un poco, y hasta puedes caer de nuevo, pero siempre estaré para levantarte y animarte a seguir luchando"
Después de escuchar a ese extraño ser, comenzé a subir...y en eso estoy...lento, muy lento.
Me detuve un momento y cuando miré hacia abajo, la figura ya no estaba, pero sentía su voz diciéndome: "vamos, no te quejes tanto, sólo sigue, yo sigo aquí"
Dios siempre está. En todos lados, en todas partes, con mil oídos nos escucha a todos, y con mil manos trata de levantarnos cuando caemos. Su luz poderosa nos ilumina siempre el camino que cada uno debe seguir.
Luego seguí subiendo, pero sentía tanto dolor que las lágrimas saltaban de mis ojos. Los rostros que había visto antes de la luz, volvieron a aparecer y todos ellos me dijeron: estamos contigo. Algunos me decían: escucha la voz del que te ilumina siempre, que nosotros le pediremos y rogaremos por ti también. Mientras que los demás decían: tú puedes, seguimos acá para animarte, amiga.
Gracias amigos por apoyarme siempre. Gracias Dios por entregarme a personas maravillosas que iluminan como tú mi vida.
=)
"Rio cuando lloro, sin esperanzas espero"
Y algo que me llega:
"Seguiría pero, cuando estaba escribiendo
Esta noche, en soledad, tan inspirado,
Dictando y redactando este Legado,
oí sonar la campana de la Sorbona,
que siempre toca a las nueve(...)
Estando así se me nublaron los sentidos,
no por haber bebido vino,
Y se quedó mi alma como atada(...)
[Quise escribir] Pero hallé la tinta helada
Y apagada la vela
No pude fuego preocuparme;
Así que me dormí, muy arropado,
Y no pude acabar de otra manera"
"Más no te digo -Ya con eso sobra..."
Citas de François Villon.
(Magno escritor francés!)
Un postdata: Pata, el texto anterior no era "corriente de la consciencia..." Yo lo llamo "No saber escribir"
Aiez pictié, aiez pictié de moy
A tout le mois, s'i vous plaist, mes amis!!!!
Palabras de una linda y buena amiga: "Primero que todo, querida Godoia, creo que ser fuerte o débil depende de muchas cosas. No creo que seas débil, para nada, sino no hubieras escrito el mail que escribiste. Enorgullécte de poder hacer esas cosas, son mínimas, pero de a poco vas ganando el poder de hacer cosas que signifiquen más fuerza".
Hace meses atrás estaba escalando una floja escalera de esas que usan los maestros de construcción. (Pero no se imaginen esas modernas...yo escalaba las de madera- y en realidad, con haber dicho "floja" se hubiese entendido el punto)
Escalaba y escalaba para poder llegar muy arriba, en donde había un objetivo, algo que debía alcanzar para sentirme bien.
Después de mucho esfuerzo, y alguno que otro tropezón inútil, logré lo que quería, y sentí tanta alegría. Hay quienes dicen que esas cosas son efímeras, pero realmente disfruté cada instante de felicidad. Me quedé un tiempo allá arriba, saltando, cantando, bailando...(¿cómo pude hacer tantas cosas en una escala floja?) Resulta que caí, y desde muy alto, repito, muy alto. Cuando ya estaba en el suelo, sentí dolor en todo el cuerpo, y calambres en todos mis músculos.
Estando de espalda, observaba lo alto que había llegado y luego vi rostros, muchos rostros y manos que se acercaban a mí para levantarme, pero no quise tomar ninguna ¡sentía tanto dolor!
Llegó luego una luz, una silueta amorfa que tenía mil orejas (por lo tanto, mil oidos...) y tenía mil manos, y un corazón gigante. De alguna manera sobrenatural me levanta, y me dice "Debes comenzar de nuevo a escalar. Ten cuidado, el dolor que tu caída produjo seguirá aún, y los calambres te impedirán correr esta escalera, pero anda despacio, sube sin apuros, descansa de vez en cuando en algún peldaño, y luego sigue, siempre...confía en mí. Mientras escales, tu dolor y tus heridas irán sanando y no te darás cuenta cuando sientas que tus piernas se mueven más y más rápido, y llegarás otra vez allá arriba, pero nuevamente, ten cuidado...no bailes tanto, no saltes mucho, que esta escalera se puede romper y tu caerás otra vez...Ten cuidado. Cuando logres subir todos los peldaños quédate ahí y disfruta. Puedes bajar un poco, y hasta puedes caer de nuevo, pero siempre estaré para levantarte y animarte a seguir luchando"
Después de escuchar a ese extraño ser, comenzé a subir...y en eso estoy...lento, muy lento.
Me detuve un momento y cuando miré hacia abajo, la figura ya no estaba, pero sentía su voz diciéndome: "vamos, no te quejes tanto, sólo sigue, yo sigo aquí"
Dios siempre está. En todos lados, en todas partes, con mil oídos nos escucha a todos, y con mil manos trata de levantarnos cuando caemos. Su luz poderosa nos ilumina siempre el camino que cada uno debe seguir.
Luego seguí subiendo, pero sentía tanto dolor que las lágrimas saltaban de mis ojos. Los rostros que había visto antes de la luz, volvieron a aparecer y todos ellos me dijeron: estamos contigo. Algunos me decían: escucha la voz del que te ilumina siempre, que nosotros le pediremos y rogaremos por ti también. Mientras que los demás decían: tú puedes, seguimos acá para animarte, amiga.
Gracias amigos por apoyarme siempre. Gracias Dios por entregarme a personas maravillosas que iluminan como tú mi vida.
=)