jueves, 28 de agosto de 2008

A una persona especial


Es difícil explicar esta sensación…y trataré de hacerlo bien, de escoger palabras adecuadas.

¿Cómo olvidarte? Eras el tío Lolo, el más joven de los seis. Mi madre te seguía en edad, y eran muy unidos, cómo olvidar esas cosas.

Sólo una pequeña luz estaba encendida, tú estabas sentado frente al computador de mi hermano, trabajando. Llegué llorando, y tú me preguntaste qué hombre me hacía daño, para ir a golpearlo, jajaja. Después de eso, te conté todas mis inseguridades y el por qué me daba tanto miedo tener una relación seria. Tú me aconsejabas tan bien.
Luego de darme consejos, me animabas, y me decías que en la vida todo se podía con perseverancia, y con la ayuda de Dios que nos fortalecía día a día.

Vivías en Coquimbo, con mi otro tío, el mayor de todos. Trabajaban en un proyecto excelente. Pero echabas de menos Santiago, era tanto que tenías que quedarte aquí, en casa, durante semanas.
Aprovechabas de ver a tu novia, a tus amigos, y a tus otros hermanos, y seres queridos.
Un día, conversando con mi madre, me contó que sufrías de una enfermedad: bipolaridad, y depresión.
Qué extraño; siempre sonriendo, tan alegre, animando a los que te rodeaban, ayudando en todo, y sin embargo, sufrías más que nunca, en soledad.
No se debe hacer eso, siempre es bueno desahogarse con alguien, quizás sin esperar ayuda, simplemente ser escuchado.
Llegaste a un punto en que no aguantabas más, y explotó todo.
Tuviste que vivir aquí durante un año y medio, con tratamientos, muchas pastillas que te dejaban dopado durante horas, por lo tanto no podías estar en Coquimbo trabajando, y lo mejor era quedarte con nosotros. Te cuidábamos con gusto.

Me intrigaba mucho tu vida, y le pregunté a mi mamá por qué tenías depresión. Ella me contó que habías estudiado para ser contador, en la universidad de Chile. Saliste de la universidad con tantas ganas de trabajar, pero nunca encontraste dónde. Sin embargo, nunca te rendías, eras un emprendedor, y te hiciste una tienda en donde vendías de todo, y así pudiste mantenerte bien.
El hecho de trabajar en algo que no querías te afectaba día tras día.
Siendo el menor, a tus 18 años, tuviste que vivir la muerte de tu padre, quien apenas pudo vivir junto a ti la adolescencia.
Luego pololeaste con una tipa que te robaba todo el tiempo, te volvió loco.
Otros problemas mayores –imagino- tuviste para dispararte en la cabeza. Gracias a Dios la bala no salió, pero seguiste intentándolo…al parecer la única salida que veías era la muerte.

Durante el tiempo que viviste aquí, aprendí a conocerte mejor, fuiste una imagen paterna, una bella imagen paterna, un hombre preocupado, tierno, que entregaba cariño a pesar de todo.
Luego, todo empeoró. Comenzaste a tomar todos los días, llegabas borracho a casa, y mi madre tenía que acostarte, y retarte, como a un hijo más. Desobedecías en todo, no tomabas las pastillas. Recuerdo tus arranques de locura. Tirabas todo al suelo, gritabas, y yo cerraba la puerta porque no sabía qué hacer. Sufrías tanto, llorabas, dopado, tomabas más pastillas para morir, pero no te resultaba, y llegabas a casa tarde, arrastrándote, pidiendo que te mataran, que no querías seguir así.
Las imágenes aún las tengo en la memoria, es tan fuerte.

Hubo un tiempo, después de esos malos, en que estuviste mejor, las pastillas te estabilizaron, y tuviste un hijo con tu novia. El Gerardito, que niño más bello.
Eras un papá feliz, dabas todo por tu hijo, todo. Ya se olvidaron todas las ganas de morir, y lo único que querías era estar siempre protegiéndolo, enseñándole cosas, entregándole amor. Volviste a Coquimbo, seguías trabajando para mantener a tu familia. Todo iba tan bien.
De vez en cuando venías a Santiago a visitarnos, y a ver a tu hijo.
Hasta que caíste nuevamente, y volviste a vivir con nosotros, pero te comportabas como un niño, estabas loco, era como tener a un hermano menor, desordenado, mal genio…inmaduro.
Muchas veces nos enojamos contigo, te retábamos y te ibas a llorar al segundo piso, en mi pieza, que la ocupabas tú en ese entonces.
Luego, producto de tus ataques, dejaste la embarrada en mi habitación, por lo que te cambiamos a una más grande y cómoda, la de mi hermana.
Con mi hermana te llevabas genial, eran como amigos.
En fin, así pasaban los días, a veces bien, otras mal, siempre inestable.

Te fuiste enojado de acá, en agosto del 2004. Te habías peleado con toda mi familia...hiciste algo terrible por culpa de tus cambios, y rompiste casi todo en mi casa.
Mi abuela preguntaba todos los días por ti.
Es tan sorprendente, las mamás siempre tienen ese sexto sentido, esos presentimientos, esas cosas que sólo ellas pueden sentir…
Se acercó a mí, y me dijo llorando que había visto las flores del jardín, marchitas, y eso era malo.
Luego nos dijo, a mi familia y a mí, que te llamáramos, y tanto fue que insistió que lo hicimos.
Habías muerto hace dos días, sólo en tu casa de Coquimbo. Bronconeumonía, te dolió el pecho y te encontraron tirado en el piso, al frente del closet.
Los vecinos fueron los que nos avisaron.
Qué frágil es la vida.

No soporto los funerales.

Era la primera vez que asistía a un funeral de un ser cercano y tan querido.

Cada vez que voy a esa iglesia, en donde estaba tu tumba, en donde estaba tu cuerpo, que terrible imagen; me pongo a llorar desesperada, ¡es tan fuerte todo!

Al parecer tú no sabías cuánto y cuánta gente te quería, pero la iglesia estaba llenísima.

Mi mamá lloraba, mi hermana no podía pararse, pasmada.

Mi hermano no reaccionaba.

Y yo jamás creí que te habías muerto...hasta el día en que te vi acostado en esa cama que muchos temen

:( bu bu ..Sigo echándote de menos...

Tu hijo, mi primo pequeño, sigue preguntando por ti. Es tan lindo, y todos o amamos, porque es igual a ti, y porque es un angelito. (Además, es de la católica, porque tú le dijiste "Si te gusta el futbol, DEBES ser de la católica" jaja y todavía me sigue cantando todos los 'himnos' que tienen y nombrándome a cada jugador del equipo)

Mi abuela piensa que sigues vivo y te ve en todos lados. Hasta el día de hoy me pregunta si estás o no en coquimbo, que por qué no la llamas ( y son testigos mis amigos...)

Yo, te siento, siempre protegiéndonos.


domingo, 24 de agosto de 2008

Lo utópico...Carta amúltiples... y uno que otro sueño de los de películas

[Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas.
El corazón tiene razones que la razón ignora.
Sólo conozco dos tipos de personas razonables: las que aman a Dios de todo corazón porque le conocen, y las que le buscan de todo corazón porque no le conocen.
Estando siempre dispuestos a ser felices, es inevitable no serlo alguna vez.
El hombre tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que lo sostiene.
Cuando leemos demasiado deprisa o demasiado despacio, no entendemos nada]. Pascal
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25 de agosto del 2008

Santiago, Las condes, mi casa, mi pieza, el computador, Chile

Estimado amigo:

Realmente no sé qué clase de amistad es esta, (si es que hay distintas clases de amistad) pero es tan agradable ser tu amiga.
¿Cuánto tiempo? Creo que son unos cuatro o cinco años, lo que no significa nada. Siempre he pensado que no importa el tiempo, sino la intensidad de aquella amistad.
Pero a veces me pregunto... con qué parámetros se mide esa intensidad...qué es.
Muchos momentos juntos, tantas cosas vividas, tanta confianza, tantas peleas, demasiadas. Llantos, gritos...Intenso.
Cuando dejábamos de hablar durante meses - ya sea por nuestras vidas agitadas por la rutina, el estudio, y tantas otras cosas- querido amigo, siempre que te necesito estás, no sé cómo sabes, no sé cómo te enteras que estoy mal, pero en el momento preciso me llamas y preguntas ¿Estás bien? ¿¡Has estado bien!? Y comienzan mis preguntas, (ya sabes que me cuestiono todo), "¿Qué...por qué supiste? yo..." Y pensamos en voz alta: será que estamos conectados...
Luego reímos tonta y nerviosamente.
Las cosas han cambiado. Es que, quiero decir más bien, que hubo un tiempo en que las cosas cambiaron radicalmente. Comenzamos a vernos más, a disfrutar momentos alegres, junto a la música, los bailes, ambientes tan amenos, gente abierta a acogerme, tus amigos siempre pendientes de que lo pasara bien. No recuerdas esos días en que nos veíamos unos cuatro días a la semana, ¿siempre? Qué bellos recuerdos.
Luego volvimos a separarnos, sólo "físicamente", sin vernos, pero siempre hablando por teléfono, por chat, por lo que fuere.
Mi gran amigo, has estado en tantas cosas importantes de mi vida.
Mi bello compañero, nos queremos tanto, quizás porque aprendimos a tolerar nuestros genios...bastante fuertes, nuestras mañas, mi terrible impulsividad frente a cosas que no puedo manejar, esas veces en las que me escapaba de tu hogar sólo porque me enojaba injustamente...salía rápido, y tú, con esa tolerancia cero, me dejabas ir...bueno, ese tipo de peleas teníamos, pero era imposible estar enojados más de dos días. Ahora me río de todo eso...hemos cambiado mucho. Claramente el ser humano cambia cada segundo que pasa de su vida. Pienso que ahora no soy la misma de hace un minuto atrás...porque mis pensamientos son distintos, porque descubro cosas nuevas en mi mente y aquí las dejo, como huellas que quiero que recuerdes.
Adorable ser humano, que te sientes siempre con la responsabilidad de ir a dejarme a mi casa caminando, en noches frías. Pero en serio, tú sabes que yo puedo irme de tu hogar y llego en cinco minutos al mío. Pero no, tacaño ser humano tiene que ir a dejar a Gloria a la puerta de su casa.
Una vez, en medio del camino a mi hogar, nos quedamos viendo la luna, unos cinco minutos, no más. Y dijimos: "esto es bello, esto es realmente bello...deberíamos juntarnos un día sólo a mirar el cielo, en silencio...ese silencio tan cómodo cuando estamos juntos"

Bueno, nunca lo hicimos, jaja. Siempre tan soñadores.
Qué bella es tu madre, tan alocada, tan lola, tan divertida, y recuerdo nuevamente "¿Tú, tú eres la Gloria, la amiga de mi (¿"negrito"?) ___? Sí, conteste, esa misma.
Y después de esa respuesta se sentó, me ofreció sentarme, y conversamos bastante, hablamos harto de ti...y de mí. Después llegó tu abuela, ella es puro glamour. Ella, la madre de tu madre, esa mujer especial, inteligente, adorable, pero a la vez muy respetable. Jamás voy a olvidar (espero) el día en que me dijo al oído: Por favor, no te alejes de mi nieto, él te necesita, tú le haces bien, le has hecho muy bien.
Luego me fui de tu casa, pero un tanto pasmada, hasta puedo decir con certeza que estaba pálida.
Desde ese instante dimensioné lo importante que soy yo para ti, y lo mejor de todo: lo importante que eres tú para mi.

Tengo a mis amigos, para qué decírtelos, los conoces a casi todos.
Ya sabes que la Maru, la Javu, la Evaz son mis mejores amigas, las que siempre han estado, las únicas, esas que debo poner de personajes pirncipales en alguna novela jamás publicada, esas personajillas principales que establecerán la verdadera amistad, que serán el ejemplo más puro y bello de amigas...
Ya me estoy desviando del tema, mira desgraciado, ya sabes que soy así.
Pero ahora vuelvo: Tengo a mis amigos...la Su, la Cami, Ron, Nacho...
Y Umaña, para qué decir...los chiquitos del barrio, ya tu sabes.

Pero, sin embargo, cada uno de ellos, tan distintos todos entre sí, cumplen (por o mismo) una función distinta. Cada uno de ellos me entrega diferentes cosas; algunos amor, confianza, cariño, felicidad, alegría, otros me animan con sus estupideces, y en fin...a todos esos les tengo mucha confianza, quizás porque sé que ninguno de estos sabandijas me "traicionaría" jajaja, cómo nos reíamos de esa palabra...
Tú, amado amigo, eres todos ellos. ¿quéee?
Sí, tú tienes las cualidades de todos ellos, lo que quiere decir que: me entregas todo.
Gracias por leerme siempre. Día a día te pienso, porque eso me alegra, me encanta saber que tengo a alguien como tú en mi vida. Vida vida vida...

He hecho esta carta más larga de lo usual porque no tengo tiempo para hacer una más corta.

Oh.

Te extraño pequeño animal malvado.

Me despido, no tan humildemente (para que vamos a andar con mentirillas) con ganas de dormir, quizás tomar, o fumar...pero, debo despedirme para poder hacer esas cosas ahora...ya.

Un beso, un abrazo, pero no una flor.

Ya sabes...Te amo amigo.

Recuerda:

Soles occidere et redire possunt;
nobis cum semel brevis lux occisus est
nox est perpetua et una dormienda.
(Catulo)

Como no has tenido latín y no quieres tener:

Los soles se ocultan, y pueden aparecer de nuevo;
pero cuando nuestra efímera luz se esconde
la noche es para siempre,
y el sueño, eterno